martes, 4 de noviembre de 2014

Llegaste un día
O quizá fui yo quien te llamé.
Te pusiste a mi lado para contarme
Que te gustaba el cine
Que odiabas las rutinas
Que volabas a ratos
Que ibas a rozarme la mano.
Y a soplarme el cuello.
Echamos a un lado las cortinas.
Miramos sin prisas
Mientras el hielo de tu copa, lo único frío.
Contamos verdades
Historias, pasados
Perfilamos futuros y adornamos presentes.

Tú llegaste un día
Y seguro que fui yo quien te llamé.

Para inventarnos.

Todo el tiempo.

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