lunes, 23 de abril de 2012

Hasta pronto


Hoy me he acordado de la escena de Up in the air en la que Clooney hace una maleta con precisión milimétrica. Mete en ella exactamente lo que va a necesitar, todo cuadra, no parece sobrar nada y lo más impresionante, no parece faltarle nada. Así dicho resulta bastante fácil, pero cuando el billete de vuelta no está cerrado la cosa se complica.

Muchas personas están saliendo de España en busca de un futuro mejor, o sencillamente de un presente mejor. Se van “hasta que la situación mejore”, dejando en suspenso carreras profesionales de muchos años para “trabajar en lo que sea” y así “por lo menos aprendemos un idioma”. No hablo de jóvenes erasmus sino de los amigos y compañeros que a los treinta, los cuarenta o los cincuenta años ponen el marcador a cero. Son gente valiente, emprendedora y tienen fuerza para afrontar nuevos retos. Precisamente de lo que andamos faltitos por aquí.

No es un reproche a los que se van. Tampoco un desprecio a los que se quedan porque no es menos valiente quedarse e intentarlo. Es, sencillamente, una realidad que nos marcará como país y como individuos.

Yo me he colado en alguna de esas maletas y he comprobado que no son tan perfectas como la de la película. Atrás se dejan mucho. De momento, a quienes ya les echamos de menos.

Semicerrado por vacaciones: Una parte de mí se va a escapar. Se despide por unos días con la sana intención de anticipar el verano a ver si haciendo acopio de sol se disipan los nubarrones. La otra se queda, alguien tiene que cuidar la guarida. Egoísta, sí, pero absolutamente necesario si queremos mantener el equilibrio.


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